Por Jonathan JARA CALLA
Jonathan  y Pedro 
son  dos  amigos 
estudiantes  de secundaria. Les gusta el  fútbol.  Anhelan ser los mejores en el campeonato
escolar. Los  dos 
están en distintos  colegios.   Jonathan 
en  LA  SALLE, Pedro 
en DON BOSCO.
Compañeros, profesores y amigos de Jonathan le decían  que  era bueno  como 
portero, que se  presentara a  las pruebas de un equipo, para  así poder participar  en los certámenes de  segundas, primeras, Copa Perú o en  la reserva de un equipo profesional. 
Dijo
Jonathan gracias por  el consejo,  lo tomaré en cuenta. Se lo  comunicó 
a  su mejor amigo lo que  le habían comentado.  Lo  pensaron
mucho, llegaron  a una conclusión de  que 
irían a un equipo a jugar.
Comenzaron jugando en segundas, se dieron cuenta que eran buenos y que si podrían lograr sus sueños de ingresar a un equipo profesional.
Comenzaron jugando en segundas, se dieron cuenta que eran buenos y que si podrían lograr sus sueños de ingresar a un equipo profesional.
Cierto día, por la tarde los dos salieron a pasear, estaban cerca al estadio MELGAR. Miraban entrenar a un equipo de muchachos y decidieron probar. Sí ellos podrían jugar. Preguntaron al entrenador del equipo si los dos podrían jugar y entrenar con ellos.
El
entrenador del equipo  les  dijo que 
sí.    Les preguntó qué posición
jugaban  y  sin 
dudarlo  le respondieron que  eran porteros. Les  hicieron jugar. El profesor  los 
observaba detenidamente.  Pedro 
ingreso  al equipo,  pero Jonathan no. Se  sintió mal,  
no sabía qué  hacer,  se fue llorando y  abandonó  el futbol y  sus  sueños.
Cierto
día, caminaba  sin  rumbo todo 
achicopalado, decaído. De pronto se  encontró  cara  a  cara
con uno de  sus ídolos del  fútbol profesional, el guarda vallas  Leao Butrón. Le  preguntó porque  estaba 
lloroso, decaído, deprimido.   
Jonathan  se  quedó 
sorprendido  al verlo.
-
Buenos días, Sr Leao Butrón – dijo Jonathan-Me  encuentro así porque  pensaba que 
era bueno  como portero, la  semana pasada me encontraba caminado  con mi 
amigo, justo pasábamos por  el
estadio  MELGAR  donde mirábamos  muchachos 
jugando,  decidimos  entrar  y 
nos  hicieron  jugar 
y  se  quedó mi 
amigo Pedro. Yo  no pude  ingresar y creo que  el 
fútbol no es para mí.
Pues
no olvides que quien persevera triunfa 
en la  vida-dijo 
Leao Butrón- Pues
te doy un consejo no abandones el fútbol si tanto te gusta. Practica en una
escuela de porteros  ahí  una muy buena 
academia de porteros de  Ariel
Paz.  
Jonathan agradeció el consejo, hizo caso y empezó de nuevo a practicar después de un tiempo. Volvió al equipo, hizo las pruebas y el profesor se sorprendió al ver a Jonathan con cualidades que había mejorado su nivel. Al final logró ingresar al equipo profesional y al pasar de los años fue convocado a la selección de su país y fue el mejor guarda vallas de su país.
Jonathan agradeció el consejo, hizo caso y empezó de nuevo a practicar después de un tiempo. Volvió al equipo, hizo las pruebas y el profesor se sorprendió al ver a Jonathan con cualidades que había mejorado su nivel. Al final logró ingresar al equipo profesional y al pasar de los años fue convocado a la selección de su país y fue el mejor guarda vallas de su país.

No hay comentarios:
Publicar un comentario